martes, 13 de septiembre de 2011

De la vida, oportunidades y retos.

“La vida es una equivocación, no debería de estar ahí. De acuerdo con las ecuaciones químicas naturales nunca debería existir, y el motivo por el cual no debería existir es porque es muy compleja.”

Si analizamos esta frase dicha por Ken Nealson, Biólogo de la NASA y Jefe de investigaciones del Jet Propulsion Laboratory, podemos de seguro, estar de acuerdo en por lo menos una cosa, la vida es muy compleja.

Y más si hablamos de la vida humana y de todo lo que representa, de todo lo que conlleva.

Por el simple hecho de estar vivos, ya acarreamos sobre nuestras espaldas todo un mundo de responsabilidades, retos y metas por cumplir. El sobrevivir en un ambiente que se puede tornar de amigable a hostil en un segundo, convivir con seres igualmente complejos que nosotros, tratar de sobrellevar la naturaleza cambiante del prójimo.

Encarar los retos de las etapas de la vida, las nuevas experiencias, las derrotas, logros, fracasos, éxitos, con el paso de los años nos forjan los hombres y mujeres que somos hoy día.

Una cosa, de la que estoy seguro y de la que puedo decir que me siento muy orgulloso, es de nuestra capacidad para socializar, de trabajar juntos, de hacer amigos. De resolver diferencias de personalidad, de opinión y de ideas.

El ser humano no fue diseñado para estar solo, no funcionamos estando solos, no servimos para nada estando solos. Esto es un hecho que tenemos implantado en nuestro ser desde el día que nacemos. El ser humano es un animal de manada.

Los mejores (y los peores) momentos de mi vida, los he pasado rodeado de gente. De mi gente, de personas que a través de los años, las vivencias y experiencias, hemos forjado lazos de familia, amistad y compañerismo.

No creo que la vida sea un accidente, o algo que no debería existir. Creo que es compleja, pero justificada en este plano. Estamos aquí, por una razón. No una razón en común, no un plan Divino o un guión universal. Creo que estamos aquí para ser parte de la vida de los que nos rodean, dejar huella en las mentes de los nuestros. Estamos aquí, creo yo, para marcar positivamente en las historias de nuestros seres queridos, de nuestros compañeros, nuestros conocidos y en los extraños que nos miran pasar en la calle.

Estamos aquí para trascender, para algún día morir y ser recordados por nuestra gente, con una lágrima en el ojo y una sonrisa en los labios.


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