El pasado fin de semana, los remanentes del huracán “Simón”
(Ahora tormenta tropical acercándose a las costas de Baja California) hicieron
estragos con lluvias e inundaciones en varias colonias de mi ciudad Ocotlán,
Jalisco.
Las personas afectadas vieron, impotentes, como el agua
subía de nivel, primero convirtiendo las calles en auténticos ríos. Después,
sin poderse detener, el agua invadió sus casas, estropeando muebles y aparatos
electrónicos.
En las redes sociales pululan, como era de esperarse, las acusaciones
y explicaciones sobre las posibles causas de este incidente.
Algunas personas culpan al Ayuntamiento por no darle el
debido mantenimiento a las alcantarillas y bocas de tormenta, sabiendo que cada
año es la misma situación, dando prioridad a otras obras mas… populares.
Otros argumentan que la culpa es de la falta de cultura
ambiental del ocotlense, ya que los ciudadanos no se preocupan por la ecología
siempre y cuando no les afecte directamente. Evidenciando el hecho que no
tiramos la basura en su lugar, dejando que se acumule en la calle, obstruyendo
el paso libre del agua y ocasionando estos desastres.
¿Cuál es la opinión de este humilde chaquetero?, pues que
ambas afirmaciones son correctas. El ayuntamiento, ha respondido en la medida
de sus posibilidades (quiero creer) creando un albergue improvisado y poniendo
a disposición de la ciudadanía las instalaciones del DIF municipal. Ha regalado
suministros para a los afectados y se ha dado a la tarea de desazolvar las
calles inundadas. Claro está que eso es reaccionar, pero cierto está que estas
acciones serían mínimas si contaramos con un sistema fluvial acorde con el
tamaño de la ciudad en vez de uno de pueblo que ha sido adaptado y modificado
con el tiempo.
Por otro lado los ocotlense, como citadinos venidos a menos,
carecemos completamente de una cultura ambiental (sin meterme a otras carencias
como modales y cultura vial) que se ve evidente en estos casos. Las pruebas
arrojadas por las redes sociales no dejan mentir, que una de las razones por
las que algunas calles se inundaron fue por la excesiva cantidad de basura que
taponeaba las bocas de tormenta (hasta colchones sacaron).
Es evidente la falta de sentido de “autosacrificio” del
ocotlense promedio, el cual prefiere sacar la basura a la calle a conservarla
en su casa hasta que pase el recolector. Prefiere tirar la envoltura, que
guardarla en la bolsa del pantalón hasta llegar a casa. Detalles simples, pero
multiplicados por la cantidad de habitantes se vuelve un problema serio.
Por tanto, creo firmemente que una combinación de estos dos
factores fue la causante de esta situación que ahora enfrentan muchas
familias. En nosotros está tratar de
subsanar por lo menos la parte de culpa que nos toca, inculcando a nuestros
hijos una cultura ambiental que a la larga sea un factor determinante para que
esto no vuelva a ocurrir. Y por parte del Ayuntamiento, tratar de buscar la
forma de dar el debido mantenimiento a nuestros sistema de alcantarillado como
primer paso para una reestructuración de fondo.
No quiero terminar esta chaqueta sin antes reconocer el
esfuerzo de muchas personas que en estos momentos están donando en los
distintos centros de acopio, solidarizándose con las familias afectadas. Evidenciando
que, aunque tenemos carencias culturales, también contamos con un importante espíritu
de ayuda.
Una felicitación a todos ellos y los invito a que
demostremos que con el ejemplo, podemos salir adelante a esta calamidad.