Personajes entrañables, una historia que te atrapa, efectos
visuales y sonoros fuera de serie, emocionantes secuencias de acción y
dramáticos escenarios que van desde la nevada Alaska, hasta la profunda selva
venezolana.
No hablo de una película, sino de un videojuego.
Está claro que el cine y la televisión ya no son los medios
exclusivos para entretener a las personas de forma audiovisual. Las consolas de
videojuegos se han ganado su lugar en el “altar mediático” que construimos en
cada uno de nuestros hogares, conformado inicialmente por la televisión y el
reproductor de DVD o BlueRay.
Hoy día, la industria de los videojuegos ha logrado
posicionarse como una competencia seria, del cine y la televisión, en el arte
de contar historias. Y lo hacen muy bien.
Con ese plus que la interactividad les da (cosa que no tienen otros medios), los videojuegos logran introducir al “gamer” en la historia misma, incluso le otorga el poder de decidir sobre el rumbo de ésta, afectando el destino de los protagonistas. Ese poder, esa facultad de no solo ser un simple espectador, sino el responsable directo de lo que mira en la pantalla es lo que, desde mi punto de vista, eleva a un nivel especial a las consolas de los videojuegos, muy por encima de la televisión.
El estigma de que, los juegos de video, son exclusivos de
niños y adolescentes es cosa del pasado (desde hace un par de décadas o tal vez
más). Con historias, no solo apasionantes, sino desgarradoras, terroríficas y a
veces tocando fibras sensibles para la psique humana, uno puede dejarse atrapar
fácilmente por una trama e incluso encariñarse con ciertos personajes.
Las grandes empresas productoras de juegos de video saben del
potencial de sus productos, y han comenzado a invertir cantidades importantes
(incluso mucho mayores que las grandes producciones de Hollyhood) para crear juegos
de calidad que logren impresionar y cautivar a un público cada vez mas
selectivo, mas maduro pero fascinado con la posibilidad de vivir mas de una
vida.
Por tanto, creo firmemente que no debemos desdeñar a los
juegos de video ni categorizarlos como una forma simple y infructuosa de matar
el tiempo, al contrario. Nada mas alejado de la realidad.
Un videojuego te permite experimentar la emoción, la
adrenalina y sobre todo la gloria de superar un reto especialmente difícil o
sentir esa aprensión cuando ves culminadas horas y horas de esfuerzo y vez el
final de la historia que te emocionó tanto.
Te sientes libre, en un mundo donde lo puedes todo, donde
los limites son los de tu mente, donde el autor intelectual de tus éxitos y
fracasos eres tu mismo con tus decisiones y caminos que tomas.
Muy parecido a la vida misma ¿no creen?.
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