sábado, 3 de abril de 2010

¿Un Accesorio?

El martes pasado, alrededor de las 8 de la noche, en el tramo de la autopista La Barca – Ocotlán, mi hermano mayor venia después de un día de trabajo cuando sufrió un accidente. Se impactó con una llanta de un tráiler que se encontraba a medio camino. Fueron varias vueltas las que dio el auto por los aires, arrastrándose después de costado por varios metros mas… los de la aseguradora dijeron que fue “perdida total del vehículo”.

El saldo: golpes leves, cortaduras pequeñas y raspaduras. Ninguna fractura ni heridas de consideración. Mi hermano tenía puesto el cinturón de seguridad…

De cada 100 accidentes automovilísticos aquí en México, fallecen 15 personas y 102 resultan lesionadas, son la cuarta causa de muerte en niños y adolescentes y la segunda en personas de edad productiva.

Por todos lados nos llegan mensajes sobre la importancia de usar el cinturón de seguridad. Muchos hacemos caso, muchos otros no.

Muchos creemos que nuestra pericia ante el volante es lo suficientemente buena como para no tener que usar ese “accesorio”. Que “a mí no me va a pasar“ o que “solo lo uso en carretera, en la ciudad ni se ocupa, al cabo no voy rápido”.

La verdad es que… con que vayamos a 20 km/h, es suficiente para que nuestro cuerpo sea lanzado contra el volante y el parabrisas con una fuerza que equivale a seis veces el peso del propio cuerpo.

El cinturón de seguridad, ciertamente salva vidas. Y no solamente porque lo vi en un promocional de televisión. Sino porque, mi hermano sigue en este mundo. Así de sencillo.

Hago un llamado al departamento de tránsito, para que, hagan valer el reglamento y al igual que los motociclistas deben portar su casco, so pena de una infracción. De igual manera los automovilistas debemos traer puesto el cinturón de seguridad. Al final de cuenta, es por nuestra propia seguridad y la de los nuestros.

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