sábado, 5 de noviembre de 2011

Yo soy "Gamer"

Yo siempre he sido fan de los videojuegos, desde muy chico he disfrutado dándole duro a los botones y al joystick. Hoy día, encuentro esta actividad bastante reconfortante y terapéutica. A mis 32 años sigo emocionándome y divirtiéndome. Creo que esa conexión que los videojuegos forjan entre mi realidad y mi época infantil es la que logra que siga adelante y no caiga completamente en el estrés de la rutina diaria.

Recuerdo como ahorraba el dinero de la torta para gastarlo en las “maquinitas” a unas cuadras de mi casa. Jugando juegos como “Frogger” en el cual tomabas el rol de una pequeña rana que tiene que cruzar una transitada calle para despues enfrentarse a un rio lleno de peligros con el único fin de comerse una sabrosa mosca.

Otro de mis juegos favoritos era “Castlevania” en el cual tu misión como buen cazador de vampiros era el de introducirte en el castillo del conde Dracula y darle muerte por el bien de la humanidad, no sin antes pasar por incontables trampas.

En la secundaria, no había quien se me comparara en “Street Fighter II”, con todos esos combos y combinaciones de movimientos de palanca y botones, poderes especiales y movimientos secretos. Mi personaje favorito era Blanka de Brasil.

Y siguiendo por este recorrido de juegos clásicos, tenemos “Double Dragon”, donde luchabas contra unos pandilleros que secuestraron a tu novia. Una trama simple, pero llena de acción. Juego entrañable en verdad.

Cuando me obsequiaron mi primer Super Nintendo, comencé a rentar diferentes títulos para jugarlos en mi casa, dos de ellos los recuerdo con especial cariño. “Super Metroid” y “The Legend of Zelda: A Link to the Past”. Ambos muy extensos y complejos (para aquel entonces) que me regalaron horas y horas de diversión y gimnasia mental.

Hubo una temporada en la que casi no jugaba, cuestiones escolares, supongo. Pero aun así trataba de hacer espacios en mis tiempos para inundarme en esa enajenantemente satisfactoria actividad.

Juegos como “Samurai Shodown” eran mi escape cuando me hartaba de programar el sistema de recursos humanos que debía hacer (junto con mis compañeros de equipo) para mis residencias profesionales del a Licenciatura en Informática. Los instalábamos en las computadoras y siempre que se nos acababan las ideas, o nos bloqueaba ver tanto código, nos poníamos a jugar.

Una vez que entré a trabajar como maestro, casi no tuve tiempo de jugar, si a caso entraba de vez en cuanto a www.minijuegos.com y me divertía con alguno de sus sencillos pero adictivos juegos flash.

Sigo en la docencia, pero felizmente he retomado mi papel de Joystikero (gracias a grandes amistades) y he podido disfrutar títulos como “God of War” y “Gears of War” con graficos impresionantes, acción comparable con las mejores películas de Hollywood. Llenos de detalles y con tramas absorbentes, puedo decir que estoy en el umbral de una nueva era de “Gamers” de los cuales puedo decir, orgullosamente que soy parte.

Los videojuegos, como todo en la vida, si abusas, pueden ser dañinos y perjudiciales (sobre todo porque absorben tiempo que podrías usar en otras cosas). Es importante darle su tiempo a cada cosa, incluso a la diversión y distracción.

Muchos padres de familia se preocupan por el contenido violento de los juegos y prohíben a sus hijos que los jueguen. Si a ellos les funciona, no me opongo a esas medidas. En mi caso, prefiero que los niños sean educados de una manera que puedan asimilar la violencia que les rodea (no solo en los videojuegos) y puedan crear un carácter fuerte y capaz de decidir con qué se quedan y que desechan del bombardeo de mensajes que reciben diariamente.

Poder tener mentes capaces de filtrar lo negativo y quedarse con lo positivo sin necesidad de prohibiciones que lo único que hacen es obligar a los chamacos a hacer cosas a escondidas de los padres.

Mi opinión es simple, uno debe cumplir con sus obligaciones tanto familiares como laborales. Con las amistades y con la pareja. Organizar nuestras prioridades en la vida. Así, siempre habrá tiempo para matar algunos “Locust”….

Reflexiones Cinéfilas

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