jueves, 10 de marzo de 2011

De Religión y Tolerancia


Por lo general no me gusta tocar el tema de la religión, pero en este caso creo que haré una acepción dado a una anécdota que me contaron el día de hoy que la verdad me molestó mucho.

En cuanto a mi (y nada mas para contextualizar un poco) digamos que, mi relación con Dios es únicamente asunto mío y de El.



Soy totalmente respetuoso de las creencias, dogmas y preceptos con los que viven las personas que me rodean. Me enorgullezco de ser una persona que no forma prejuicios ni perjuicios en base a la religión, raza, preferencia sexual, forma de vestir, etc.

Estoy de acuerdo con mucho de lo que dicen la mayoría de las religiones: Sé una buena persona, contigo mismo y con los demás. Sé positivo, procura el bien de los tuyos y de tu comunidad. Ayuda, siempre que puedas. Tolera y sobre todo aléjate de lo que consideres malo.

Tengo el honor y privilegio de tener amigos que profesan distintas religiones o simplemente no profesan ninguna o incluso no creen en la existencia de Dios.



La tolerancia, el respeto, el cariño y el saber mirar el verdadero valor del corazón de las personas, ha hecho posible que estas amistades prosperaran hasta lo que felizmente son hoy día.

Siempre defenderé el derecho de cada individuo de tener y practicar la religión que sea. Los apoyaré en sus decisiones, ideas, formas de proceder, costumbres y maneras de pensar. Y con mucha mas razón si son mis amigos o parientes.

Desafortunadamente no todas las personas piensan así. Y he aquí la razón de esta chaqueta. Lo que le pasó a un buen amigo el pasado Miércoles de Ceniza.

Mi amigo no profesa ninguna religión o por lo menos que yo sepa. Y pues ese día por cuestiones de trabajo, tuvo que ir a cierto templo católico el día en cuestión.

El sacerdote encargado de ese templo notó la vestimenta de mi amigo (una playera negra con una imagen no-católica) y la falta de ceniza en su frente. De inmediato le comenzó a cuestionar.

Mi amigo, respetuosamente le comentó que él no profesaba la religión católica y que solo iba a prestar un servicio que el mismo templo había requerido.

El cura criticó fuertemente a mi amigo llamándolo Satánico, que se iría al infierno y no se que mas cosas usando un tono bastante despectivo, como me comentó mi amigo.

Ahora, como bien dijo mi Madre (católica practicante) al escuchar este relato: ¡Que radicales e intolerantes son algunos padres!

Y ahora como bien digo yo: ¿A ese padre, que (“·$%&%) le importa la religión de mi amigo?

¿Cuando van a aprender, esas mentes estrechas, que el ser líderes de una religión como es la católica, no les da ningún privilegio o potestad para juzgar a quienes por convicción propia preferimos entendernos con Dios de una manera diferente?

¡Señores!, que la religión sea una forma de vida que nos lleve a ser mejores personas y no otra manera de separarnos, etiquetarnos y juzgarnos.

Ustedes que opinan?

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