martes, 21 de junio de 2011

Guadalajara, una ida y una vuelta

Para realizar los tramites de la cédula profesional de mi licenciatura en periodismo, tuve que ir el día de hoy a Guadalajara.

Ir a la Perla Tapatía no es un hecho raro en mi, al contrario, es bastante común. Claro que en esta ocasión existió una diferencia abismal, digna de ser contada aquí.

Por lo general, cuando tengo que ir a la capital del estado, tengo el honor y placer de acompañar a uno de mis dos socios y amigos, los cuales son bastante hábiles en la conducción de vehículos automotores y mas en ciudades grandes. Yo, digamos que, soy un neófito en esa área. Si a caso me jacto de poder desplazarme cómodamente por mi pequeña ciudad (siempre y cuando no tenga que estacionarme paralelo a la acera, con carro adelante y a tras, lo cual es prácticamente imposible para mi).

El caso es que tuve que ir esta vez solo, ya que por cuestiones laborales, no tuve la compañía de mis queridos socios.

Le hablé a una tía, experta en rutas de camiones, trenes ligeros y demás sistemas alternos de transporte en "guanatos" la cual amablemente (para mi fortuna) accedió en acompañarme e indicarme los pormenores para llegar a mi destino.

Y así fue como pasadas las 10 de la mañana, armado de valor y mucho coraje, me acomodaba en el muñido asiento del autobús que me trasladaría a la gran urbe.

El trayecto fue tranquilo, cómodo. Acompañado por las gloriosas notas de la banda KillSwich Engage que tocaban alegremente desde mi celular a mis orejas.

Al llegar a la terminal, ya me esperaba mi tía, la cual me comentó que la mejor forma de llegar a la Coordinación de Control Escolar de la U de G es mediante el tren ligero. Y que deberíamos tomarlo desde la estación de Tetlán hasta la estación Juárez.

Para esto, desde la central, tomamos el camión urbano numero R-610 (el R-611 también me lleva pero según eso rodea mas) hasta Tetlán.

Una vez pagada la tarifa correspondiente, nos adentramos en el fascinante mundo del tren ligero.

Varias cosas me llamaron la atención:





Primero, la cantidad de personas con audífonos. Me puse a pensar en la cantidad de canciones que se estarán reproduciendo en el mismo momento en todo el tren. Los distintos géneros, ritmos, dependiendo de las personas, estilos de vida, humor y gusto.

Segundo: las caras de las personas, sus rostros reflejando sus historias. Sus preocupaciones, sus alegrías, sus esperanzas. Pensé en la cantidad de historias que pululan en las mentes de todas aquellas personas, jóvenes en su mayoría.

Pasamos varias estaciones, ocho en total, hasta que llegamos a nuestro destino.

El trámite fue francamente rápido, afortunadamente llevé copias fotostaticas de todo, ya que, me pidieron una, que no estaba contemplada en la lista de documentos oficial. De ahí en mas, todo marchó sobre ruedas.

Después del trámite. Mi tía me ayudó a ubicarme en los lugares de interés en el centro. Los lugares donde usualmente acostumbro a visitar en otras circunstancias. Los camiones que debo tomar, y las estaciones del tren ligero que debo conocer y estar al tanto.

Gracias a esta travesía, siento que podría repetir la experiencia por mi propia cuenta, titubeante, pero mucho mas seguro que antes. Algo tan simple y cotidiano, tan aburrido y sin chiste para muchos, para mi fue una forma muy enriquecedora y didáctica de pasar un día.

El trayecto de regreso fue igual de tranquilo, sin novedad y todo en tiempo y forma. Agradablemente aderezado por una alegre lluvia que coronó toda una mañana y tarde nublada.

Ahora, me dispongo a cerrar con broche de oro, con unas donas compradas en el centro de la capital del estado, compartiendolas con mis amigos, mientras poco a poco, mi cerebro analiza, digiere y asimila lo aprendido el día de hoy.

Guadalajara, es mucho menos atemorizante que antes. No me gusta, pero ya dejó de ser el inhóspito lugar que yo pensaba.

Volveré... oh si... claro que volveré.

lunes, 20 de junio de 2011

Buenos días, tardes, noches...

Nada... no sale nada...  mi cabeza esta completamente vacía...  quiero decir tantas cosas, quiero escribir tantas lineas, pero me niego rotundamente.... caería en lo mismo, siempre en lo mismo.

El mismo tema, una y otra vez... misma idea, diferentes palabras. Mismo concepto, distinto enfoque. Mismos sentimientos... invariables, tristes, inclementes... que seguramente para ustedes, invariables, tediosos, incluso aburridos....

Ahora es lo único que hay en mi cabeza, lean mis últimos post.. y será como si leyeran mi mente... no ha cambiado nada.

Quisiera retomar los temas polémicos que causaban revuelo, cosas interesantes que pudieran instruir y educar.... quisiera dejar fluir mi mente y disertar sobre cualquier tema, exprimirlo hasta sacarle su mismisima esencia.

Quisiera aventurarme una vez mas, y criticar lo que para muchos es intocable. Quisiera armarme nuevamente y lanzarme a una batalla mental de argumentos como en antaño.

Pero no.

Mas de lo mismo es lo que hay aquí arriba, mas y mas de lo mismo.

Me niego a escribir una sola linea mas sobre el tema o los temas de los que he hablado últimamente. No siento que sea útil, ni sano. O simplemente no es apropiado. Lo dicho, dicho está, y lo sostengo y reitero.

Ni siquiera en las redes sociales me atrevo a expresarme como antes. Para que?... llamar la atención?, buscar consuelo?, hacerme el importante? fingir que soy un adolescente en su búsqueda desesperada de reconocimiento?

O simplemente lanzar mis sentimientos o pensamientos al aire, al universo...

No.

Las redes sociales no son la plataforma correcta, por lo menos para mi, creo que no lo es. Ya no.

Mi blog?, tan personal, tan yo. Aún aquí, ya no me animo a expresarme como antes. No quiero ser malinterpretado, no quiero causar lastima o que piensen que estoy llamando la atención. Lo que siento, mejor lo diré de frente, a la o las personas correctas, a las que puedo confiar con el corazón en la mano sin ningún tapujo de nada. hablando... frente a frente.

Por lo pronto así será...  no quiero y creo que ustedes tampoco... mas de lo mismo. La misma cantaleta que ya se saben de memoria, que ya me sé de memoria por repetirla una y otra vez hasta que yo mismo me convencí de que es verdad.

Soy un hombre de palabra escrita, pero también soy hombre de palabra hablada.... de expresión y sentimientos a flor de piel. Pero ya no quiero caer en un patrón sin fin que solo me arrastra mas hacia lugares que no quiero ir.

Buenos días
Buenas tardes
Buenas noches

En las redes sociales, es lo que ven y verán cuanto tengo esos deseos incontrolables de arrancar un pedazo de mi alma y transformarlo en palabras, el golpes de un teclado...  Ya no mas...

En la mañana, cuando mis pensamientos todavía se están acostumbrando a la realidad cotidiana... Buenos Días.

En las tardes, cuando el tedio del día esta en su apogeo, y mi mente comienza a trabajar de mas... Buenas Tardes.

Cuando el día comience a agonizar y el cansancio mental, mas que el físico, me invada... Buenas Noches.

Buenos...... si.. muy buenos días, tardes o noches... son mis deseos mas sinceros... para mi que añoro expresarme.. y para mi gente....  que quiero tanto.




Reflexiones Cinéfilas

Al entrar a una sala de cine, se tienen muchas expectativas sobre lo que uno experimentará en la siguiente hora y media. A veces uno sale ...