lunes, 6 de octubre de 2014

Reflexiones "inundadas" de verdad.

El pasado fin de semana, los remanentes del huracán “Simón” (Ahora tormenta tropical acercándose a las costas de Baja California) hicieron estragos con lluvias e inundaciones en varias colonias de mi ciudad Ocotlán, Jalisco.

Las personas afectadas vieron, impotentes, como el agua subía de nivel, primero convirtiendo las calles en auténticos ríos. Después, sin poderse detener, el agua invadió sus casas, estropeando muebles y aparatos electrónicos.

En las redes sociales pululan, como era de esperarse, las acusaciones y explicaciones sobre las posibles causas de este incidente.

Algunas personas culpan al Ayuntamiento por no darle el debido mantenimiento a las alcantarillas y bocas de tormenta, sabiendo que cada año es la misma situación, dando prioridad a otras obras mas… populares.

Otros argumentan que la culpa es de la falta de cultura ambiental del ocotlense, ya que los ciudadanos no se preocupan por la ecología siempre y cuando no les afecte directamente. Evidenciando el hecho que no tiramos la basura en su lugar, dejando que se acumule en la calle, obstruyendo el paso libre del agua y ocasionando estos desastres.

¿Cuál es la opinión de este humilde chaquetero?, pues que ambas afirmaciones son correctas. El ayuntamiento, ha respondido en la medida de sus posibilidades (quiero creer) creando un albergue improvisado y poniendo a disposición de la ciudadanía las instalaciones del DIF municipal. Ha regalado suministros para a los afectados y se ha dado a la tarea de desazolvar las calles inundadas. Claro está que eso es reaccionar, pero cierto está que estas acciones serían mínimas si contaramos con un sistema fluvial acorde con el tamaño de la ciudad en vez de uno de pueblo que ha sido adaptado y modificado con el tiempo.

Por otro lado los ocotlense, como citadinos venidos a menos, carecemos completamente de una cultura ambiental (sin meterme a otras carencias como modales y cultura vial) que se ve evidente en estos casos. Las pruebas arrojadas por las redes sociales no dejan mentir, que una de las razones por las que algunas calles se inundaron fue por la excesiva cantidad de basura que taponeaba las bocas de tormenta (hasta colchones sacaron).

Es evidente la falta de sentido de “autosacrificio” del ocotlense promedio, el cual prefiere sacar la basura a la calle a conservarla en su casa hasta que pase el recolector. Prefiere tirar la envoltura, que guardarla en la bolsa del pantalón hasta llegar a casa. Detalles simples, pero multiplicados por la cantidad de habitantes se vuelve un problema serio.

Por tanto, creo firmemente que una combinación de estos dos factores fue la causante de esta situación que ahora enfrentan muchas familias.  En nosotros está tratar de subsanar por lo menos la parte de culpa que nos toca, inculcando a nuestros hijos una cultura ambiental que a la larga sea un factor determinante para que esto no vuelva a ocurrir. Y por parte del Ayuntamiento, tratar de buscar la forma de dar el debido mantenimiento a nuestros sistema de alcantarillado como primer paso para una reestructuración de fondo.

No quiero terminar esta chaqueta sin antes reconocer el esfuerzo de muchas personas que en estos momentos están donando en los distintos centros de acopio, solidarizándose con las familias afectadas. Evidenciando que, aunque tenemos carencias culturales, también contamos con un importante espíritu de ayuda.


Una felicitación a todos ellos y los invito a que demostremos que con el ejemplo, podemos salir adelante a esta calamidad.

viernes, 3 de octubre de 2014

Una nueva forma de contar historias

Personajes entrañables, una historia que te atrapa, efectos visuales y sonoros fuera de serie, emocionantes secuencias de acción y dramáticos escenarios que van desde la nevada Alaska, hasta la profunda selva venezolana.

No hablo de una película, sino de un videojuego. 

Está claro que el cine y la televisión ya no son los medios exclusivos para entretener a las personas de forma audiovisual. Las consolas de videojuegos se han ganado su lugar en el “altar mediático” que construimos en cada uno de nuestros hogares, conformado inicialmente por la televisión y el reproductor de DVD o BlueRay.

Hoy día, la industria de los videojuegos ha logrado posicionarse como una competencia seria, del cine y la televisión, en el arte de contar historias. Y lo hacen muy bien.


Con ese plus que la interactividad les da (cosa que no tienen otros medios), los videojuegos logran introducir al “gamer” en la historia misma, incluso le otorga el poder de decidir sobre el rumbo de ésta, afectando el destino de los protagonistas. Ese poder, esa facultad de no solo ser un simple espectador, sino el responsable directo de lo que mira en la pantalla es lo que, desde mi punto de vista, eleva a un nivel especial a las consolas de los videojuegos, muy por encima de la televisión.

El estigma de que, los juegos de video, son exclusivos de niños y adolescentes es cosa del pasado (desde hace un par de décadas o tal vez más). Con historias, no solo apasionantes, sino desgarradoras, terroríficas y a veces tocando fibras sensibles para la psique humana, uno puede dejarse atrapar fácilmente por una trama e incluso encariñarse con ciertos personajes.


Las grandes empresas productoras de juegos de video saben del potencial de sus productos, y han comenzado a invertir cantidades importantes (incluso mucho mayores que las grandes producciones de Hollyhood) para crear juegos de calidad que logren impresionar y cautivar a un público cada vez mas selectivo, mas maduro pero fascinado con la posibilidad de vivir mas de una vida.

Por tanto, creo firmemente que no debemos desdeñar a los juegos de video ni categorizarlos como una forma simple y infructuosa de matar el tiempo, al contrario. Nada mas alejado de la realidad.


Un videojuego te permite experimentar la emoción, la adrenalina y sobre todo la gloria de superar un reto especialmente difícil o sentir esa aprensión cuando ves culminadas horas y horas de esfuerzo y vez el final de la historia que te emocionó tanto.


Te sientes libre, en un mundo donde lo puedes todo, donde los limites son los de tu mente, donde el autor intelectual de tus éxitos y fracasos eres tu mismo con tus decisiones y caminos que tomas.


Muy parecido a la vida misma ¿no creen?.

Reflexiones Cinéfilas

Al entrar a una sala de cine, se tienen muchas expectativas sobre lo que uno experimentará en la siguiente hora y media. A veces uno sale ...