jueves, 25 de mayo de 2017

Las manzanas de Gondor

Hoy me sucedió una experiencia muy divertida en el colegio donde trabajo. Una alumna de segundo año de primaria se quedó mirando a un tatuaje que tengo en mi antebrazo, una representación del Arbol de Gondor, un símbolo muy popular entre los amantes del trabajo del escritor británico J. R. R. Tolkien. 
-¿Es un árbol? -Me preguntó
-Así es -le conteste con un tono divertido. -¿Que le parece?, ¿Le gusta?
-Es bonito, pero le faltan las manzanas
Le alcancé un bolígrafo y ella procedió a dibujar por todos lados y en cada rama del dibujo unas grandes y redondas manzanas. 

Aquí el resultado:


Este acto, tan inocente de mi alumna me hace pensar en el contraste de todos los prejuicios que a veces las personas adultas tienen para los que portamos tatuajes. Yo, como profesional de la educación, afortunadamente no he sufrido (hasta la fecha) de segregación o discriminación en este aspecto, pero estoy consiente que muchas personas si lo han sufrido, aun en estos tiempos modernos donde la globalización es un factor que dicta muchas de las tendencias e idiosincracias de la gente. Aun en estos tiempos donde, según estudios de mercado, mas del 30% de la población adulta en México ostenta algún tatuaje. Siendo una forma de expresión que no le hace daño a nadie.

Los únicos prejuicios que un niño pueda tener, son los que sus padres le enseñen. Si una pequeña niña mira como algo normal que su maestro tenga un bonito dibujo en su brazo (bueno, ni tan bonito, porque le faltaban las manzanas), creo que los adultos pueden aprenderle una o dos cosas sobre tolerancia e inclusión que tanta falta nos hace como sociedad.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Reflexiones Cinéfilas

Al entrar a una sala de cine, se tienen muchas expectativas sobre lo que uno experimentará en la siguiente hora y media. A veces uno sale ...